lunes, 7 de diciembre de 2015

Perversiones sexuales y parafilias

Parafilias y prácticas sexuales inusuales





¿Qué es lo normal en el sexo? En muchas ocasiones percibimos que nuestros gustos o prácticas sexuales no se ajustan a la normalidad. Mientras que todos los sujetos involucrados estén de acuerdo en la práctica, y esta no suponga un peligro para la salud siendo sólo una preferencia y no un requisito imprescindible para lograr la excitación no tiene porque ser algo patológico.
¿Qué es la odaxelgania?

En la larguísima lista de parafilias que existen (comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la relación sexual en sí misma sino en otra cosa), de la que ya conocemos algunas destacadas como la hibristofilia, la ursusagalamatofilia o el parcialismo, se encuentra también la odaxelgania. ¿En qué consiste exactamente esta tendencia sexual?

Las personas que sufren de odaxelgania se excitan sexualmente al morder a su pareja o amante o también siendo mordidos por ellos. Debido a su paralelismo, es considerada una forma leve de sadismo (en el que se obtiene placer derivado del dolor de otra persona).

Pese a todo, se trata de una parafilia bastante común, ya que según los estudios del investigador estadounidense Alfred Charles Kinsey (pionero de la investigación sexual humana en EE.UU.), aproximadamente la mitad de todas las personas encuestadas -que fueron miles de ellas- había experimentado excitación sexual al morder a su compañero o compañera.

¿Qué es la formicofilia?

Aunque suele relacionarse con la zoofilia, la formicofilia es una parafilia diferente en la que la particularidad reside en obtener placer sexual mediante el contacto directo con animales pequeños en zonas erógenas del cuerpo como el pene, el clítoris, el pecho o el ano pero no se establece contacto sexual como sí sucede en la zoofilia.

Los animales más comunes en esta práctica son las hormigas, aunque también puede darse con caracoles, ranas, abejas o gusanos. Todas aquellas personas que sufren esta parafilia sienten una gran excitación cuando estos insectos o pequeños animales caminan, muerden o pican por las zonas en las que son colocados (provoque esto heridas o no) o con cualquier desplazamiento por el cuerpo que genere algún tipo de estimulación sexual.

Los formicofílicos suelen tener fantasías sexuales con animales cubriéndoles el cuerpo e introduciéndose por las diferentes cavidades del mismo.

Las zonas del planeta en las que existe más inclinación hacia la formicofilia son aquellas en vías de desarrollo, puesto que los insectos tienen un acceso más directo a los hogares y por tanto también al contacto con las personas que viven allí.

¿Qué es la somnofilia?

Como hemos comprobado en otras ocasiones, existen un gran abanico de parafilias. La somnofilia se caracteriza porque la excitación sexual y el orgasmo se obtienen al interactuar sexualmente con una persona que se encuentra durmiendo.

La palabra somnofilia proviene de la raíz latina “somnus” que significa sueño y el término “-filia” proviene del griego y significa amor. Las personas que la padecen sienten la necesidad de mantener relaciones sexuales con una persona que se encuentre en estado somnoliento o totalmente inconsciente, por lo que, en casos extremos, es posible que lleguen a utilizar alguna clase de droga o fármaco para inducir el sueño y lograr su deseo.

En el estado de sueño dentro de la fase REM, el cuerpo experimenta tanto la tumescencia peneal nocturna o erección espontánea del pene como la erección del clítoris, en el caso femenino, circunstancias que favorecen la penetración, la felación o la masturbación en ambos casos.

Esta parafilia que involucra el sueño es también conocida como el “Síndrome de la Bella Durmiente”, en referencia al cuento infantil de Charles Perrault en el que una joven doncella es condenada a una maldición que la obliga a permanecer en estado de sueño durante un siglo o hasta que un beso de amor verdadero la despierte. Esta relación entre el hombre que admira la belleza de la bella durmiente y la excitación o atracción hacia la misma, han convertido a este cuento en una clara analogía de somnofilia.

¿Qué es el parcialismo?

El parcialismo es una conducta fetichista que se encuentra dentro de las parafilias no especificadas y se caracteriza porque la atención se centra exclusivamente en una parte del cuerpo como pueden ser las manos, los pies, el ombligo... para lograr la excitación sexual.

Las personas que sufren de parcialismo son incapaces de mantener relaciones sexuales si no pueden hacer uso de ese estímulo concreto; les sirve tanto observar como tocar pero esta pasión exacerbada les lleva a situaciones anormales como no poder controlar su excitación en público, disfunciones sexuales o no poder masturbarse, a no ser que se imaginen o vean esas partes del cuerpo que les excitan.

A pesar de que lo más común es que el parcialismo se produzca con las manos, las nalgas o los pies, también existen objetos de deseo menos frecuentes como la atracción por la celulitis, las personas extremadamente obesas o las cicatrices. La imposibilidad de controlar este trastorno sexual les lleva a sufrir múltiples frustraciones en su vida, problemas para mantener relaciones sociales naturales y una vida sexual poco satisfactoria.

¿Qué es la mecanofilia?

Aunque existen algunas más excéntricas que otras, hay tendencias sexuales para todos los gustos y colores. La mecanofilia es un tipo de parafilia en la que se siente una gran atracción sexual hacia las máquinas, sobre todo hacia los coches o vehículos de cuatro ruedas.

La diferencia reside en que lo que les atrae no es mantener relaciones sexuales en el vehículo, dentro o fuera de él, sino que lo que les excita es la sexualización de la máquina, los encuentros sexuales con personas son dramáticamente descartados. Todos aquellos que sufren de mecanofilia se sienten tremendamente atraídos (incluso llegan a tener sentimientos de amor)por cualquier dispositivo de origen mecánico, ya sean grandes, como un avión o un helicóptero, medianos como una bicicleta o un robot, o pequeños, como una batidora o una tostadora.

Esta atracción sexual y afectiva hacia las máquinas conforma una de las parafilias menos conocidas que existen.

¿Qué es la hibristofilia?

La hibristofilia es un tipo de parafilia en la que el sujeto siente atracción por mantener relaciones sexuales con personas peligrosas, ya sean asesinos, ladrones, violadores... aunque no tiene por qué llegar a ser un crimen de esta índole. Las personas que se excitan sexualmente o logran el orgasmo mediante este patrón de comportamiento sexual (en el que los delincuentes se llevan la palma) también se ven atraídos por personas que engañan, que son infieles o que son grandes mentirosos.

Esta fuerte afinidad por los actos más o menos atroces de estas personas, les lleva a admirarlas, a escribirles y a unirse sentimentalmente con ellas, a veces, para toda la vida.

Los motivos o razones de este fenómeno son desconocidos pero la psicología lo deriva como un extremo del fanatismo. El caso más llamativo que saltó a los medios de comunicación fue el del violador y asesino en serie Ted Bundy. El número de víctimas podría rondar las cien mujeres y, cuando su detención se hizo pública atrajo a docenas de mujeres tanto a las sesiones de juicio como transformadas en cartas de amor cuando entró en prisión.

Otros criminales objeto de hibristofilia han sido Jeffrey Dahmer, Richard Ramírez o el más conocido quizá, Charles Manson (todos ellos asesinos en serie).

¿Qué es la agalmatofilia?

Continuando con nuestro repaso por las parafilias más curiosas o extravagantes, hoy hablamos de la agalmatofilia, una parafilia caracterizada por una atracción sexual irrefrenable hacia todo tipo de estatuas, bustos, maniquíes, muñecos u objetos inanimados similares.

Entre las apetencias sexuales de los agalmatofílicos puede encontrarse el simple hecho de tener una fantasía en la que se mantienen relaciones sexuales con una estatua u otro objeto de deseo; mantener un contacto sexual directo con el objeto inanimado u observar esculturas en posiciones sugerentes o desnudas. No es extraño encontrar dentro de esta parafilia el pigmalionismo que, en referencia al mito de Pigmalión en el que el escultor se enamoró de una estatua que había hecho él mismo, revela un sentimiento exacerbado hacia un objeto creado por uno mismo.

A pesar de lo que pueda parecer, esta parafilia es bastante popular a nivel mundial, sobre todo en los países del norte de Europa.

La etimología de esta palabra procede del griego “agalma” que significa “estatua” y -philia, que significa “amor”. La agalmatofilia también se conoce habitualmente agalmatosexualismo.

¿Qué es la autonepiofilia?

La autonepiofilia o infantilismo parafílico es una parafilia que se caracteriza porque el individuo que la padece tiene la necesidad de vestirse (y actuar) con ropa de bebé e incluso llevar pañales, con la intención de ser tratado como tal, como un niño pequeño, lo que se conoce como “bebé adulto”. Por lo general, los autonepiofílicos, que suelen ser varones heterosexuales, suelen sentir predilección y placer -se excitan sexualmente- llevando pañales (sin sufrir eneuresis), el fetiche más significativo de esta parafilia, aunque puede no darse esta fijación por ellos.

En ningún caso las personas que sufren esta parafilia sienten inclinación sexual hacia los niños, solo disfrutan vistiéndose y comportándose como uno, obteniendo en el círculo del BDSM (Bondage Dominación Sadismo Masoquismo) un buen lugar para cumplir sus fantasías, ya sea obteniendo cariño maternal o castigo y desprecio. La persona que cuida al bebé adulto le puede cambiar el pañal, darle el biberón, ponerle crema o polvos en la zona genital, para continuar con caricias y masturbación hasta la consecución del orgasmo.

Esta parafilia tiene tantos adeptos que es frecuente que se formen círculos sociales de autonepiofílicos para compartir experiencias o encontrar una gran variedad de material audiovisual y fotográfico sobre este campo (de hecho, existe un género pornográfico exclusivamente dedicado al fetiche de los pañales).

¿Qué es la anofelorastia?

La anofelorastia es una parafilia cuya base de la excitación sexual se produce al profanar objetos considerados sagrados, desde una Biblia, un crucifijo o un cáliz.

Este patrón de comportamiento sexual se basa en que la relación sexual no es la que produce el placer sino la actividad que se realiza, en este caso, la profanación de objetos sagrados. Los que padecen esta parafilia disfrutan a nivel sexual tras haber profanado Biblias, cruces, sagrarios, campanas, hostias sagradas...

Otras parafilias relacionadas con la religión serían: la normofilia, en la que la excitación y la consecución del orgasmo se produce por los actos considerados normales por la propia religión; la homiliofilia (del griego omilía: sermón), en la que el placer sexual es obtenido al predicar una religión a una persona fácil de convencer; el onanismo o eyaculación fuera de la vagina, basada en el personaje bíblico de Onán, a quien la Tierra tragó vivo por no haber capitulado ante su cuñada viuda que le había solicitado un descendiente; o la hierofilia, la más cercana a la anofelorastia, que consiste en obtener placer sexual a través de objetos sagrados o religiosos llevándolos consigo o rodeándose de ellos.

¿Qué es la acromotofilia?

Se trata de una de las parafilias más extrañas que existen. Los acromotofílicos únicamente encuentran placer sexual al observar o tocar personas con miembros amputados sin importar de qué parte del cuerpo se trate. El aumento de su libido se produce únicamente con parejas sexuales que cuenten con extremidades amputadas ya que para ellos, la amputación es atractiva sexualmente.

Este fetiche se considera peligroso para las personas discapacitadas que son objeto de deseo sexual, ya que se consideran miembros de la sociedad potencialmente vulnerables de cara a las personas que buscan cumplir esta particular parafilia.

Existen comunidades online de “devotos” o seguidores de esta parafilia, donde producen e intercambian imágenes con “electronic surgery”, en las que se retocan fotografías para simular que sus protagonistas tienen miembros amputados.

La etimología de esta palabra procede del griego: akron (extremidad), moto(cortar) y philia (amar).

Como variante existe la apotemnophilia, parafilia que consiste en el deseo intenso de ser objeto de una amputación.

¿Qué es la dacrilagnia?

Se basa en el que la sufre solo es capaz de excitarse con las lágrimas o el llanto de la pareja. Esto es, la sensación de placer y el logro del orgasmo dependen del hecho de ver lágrimas en la persona con la que se están manteniendo relaciones sexuales.

Este peculiar desorden de carácter psicosexual afecta a cualquier parafilia en la que se disfruta sexualmente viendo al otro humillado, por lo que la dacrifilia se considera una forma de sadismo. De ahí que los que lo padezcan necesiten provocar dolor (llegando a la tortura física) o humillación (tortura psicológica) en el otro para provocar el llanto.

Este juego de poder en el que el que domina (el amo) es el que controla la respuesta psicológica de la persona sumisa evoca para algunos una gran excitación sexual.

En casos más particulares es posible que se produzca la dacrifilia pasiva, que consiste en que exista una tercera persona en la escena, que observe la situación de dominación y sumisión y disfrute también de las lágrimas del sumiso a pesar de no ser él o ella el responsable de esas lágrimas.

¿Qué es el triolismo?

En esencia, el triolismo es la parafilia en la que la excitación reside en observar a la propia pareja teniendo relaciones sexuales con una tercera persona o incluso con varias personas al mismo tiempo, ya sean del mismo sexo o de otro.

Este trastorno de realización grupal implica que la persona que lo sufre es incapaz de lograr placer sexual a no ser que esté observando a otros manteniendo relaciones sexuales, aunque también es posible que este se convierta en parte de ese cuadro sexual y pueda obtener también placer a posteriori si esas relaciones son grabadas o fotografiadas.

El triolismo, del que se derivan las orgías y otras relaciones sexuales grupales, cuenta con un obstáculo médico importante para su tratamiento: aquellos que padecen este trastorno acuden raramente a un profesional por no considerar que su conducta sea algo fuera de lo común. Cuando lo hacen, suele ser empujados por la propia presión de su pareja.

¿Qué es la clismafilia?

En este caso concreto, la Klismafilia o clismafilia consiste en recibir lavativas (menos común es ejercer de maestro de la ceremonia), mientras se practican relaciones sexuales (con penetración) o ciertos juegos eróticos.

La práctica de esta extravagante parafilia va acompañada con formas fetichistas mediante el uso o empleo de perillas, cánulas u otros utensilios de estimulación sexual anal. Se trata de una práctica que entraña cierto peligro, ya que la introducción a presión de un líquido en una zona tan sensible del organismo como es el recto puede traer consecuencias nada positivas para el que lo recibe.

Las personas que padecen clismafilia no obtienen el placer sexual a través del mantenimiento de una relación sexual común, sino que es condición sine qua non recibir un enema para sentir placer o excitarse. En casos extremos, los clismafílicos suelen fingir ante los médicos para recibir estos enemas o incluso llegar a autolesionarse con idéntico objetivo.

La etimología de la palabra procede del griego: “klister” que significa enema y“philía”, amor.

¿Qué es la clastomanía?

Ya hemos visto que las filias, esas atracciones a determinadas situaciones o actividades, están en su mayoría (aunque hay algunas que no) relacionadas con tendencias sexuales. La clastomanía es otra de estas parafilias, aunque bastante común.

Esta parafilia consiste en que el foco de placer del que la sufre no se encuentra en la propia relación sexual o cópula sino en una tendencia obsesiva por destrozar o romper la ropa que lleve puesta la pareja sexual en cuestión. No hay que confundir esta parafilia con la saliromanía en la que el placer se obtiene por ensuciar la ropa de la pareja. A pesar de que tienen en común el vestuario del otro, en la clastomanía no hay pasión por la suciedad sino por el morbo de desnudar a la pareja resquebrajando su ropa.

La etimología de esta palabra procede del griego: klastos, que significa roto, ymania, locura.

¿Qué es la salirofilia?

Ya os hemos hablado en otras ocasiones de parafilias un tanto excéntricas o inusitadas. La salirofilia no lo es menos. Se trata de una parafilia o fetichismo sexual en el que aquellos que la padecen únicamente obtienen placer al ensuciar o denigrar a su pareja o amante pero sin que sufra daño físico. ¿De qué forma?

Este tipo de parafilia engloba una serie de conductas o prácticas sexuales muy variadas, algunas bastante conocidas como el bukkake (donde un grupo de hombres se turna para eyacular encima de una mujer), la urofilia (en la que el placer se encuentra a través de la orina; aquí se encuentra el término “lluvia dorada” que se basa en orinar sobre un individuo) y otras menos conocidas como la salofilia (en la que se obtiene placer a través de los desechos corporales salinos como la saliva, el sudor o el propio semen), la emetofilia (en la que se encuentra placer a través del vómito, como por ejemplo, ver a alguien que se encuentre vomitando) o la misofilia (fetichismo sexual caracterizado por obtener placer sexual al interactuar con la suciedad).

Algo más liviano como romper o estropear la ropa de la pareja o amante, o cubrir su cuerpo con arena, barro, pintura o suciedad también se encuentran dentro de las variantes de esta parafilia. A pesar de ser una de las conductas sexuales más ocultas (o poco conocidas) es de las más inocuas (y menos morbosas, para muchos).

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