La especialista en sexo Auntie Gigi, propone en 'Elite
Daily' catorce nuevas posturas, trucos y prácticas que pueden revolucionar tu
año sexual. Son estas:
1. Apuesta por el 'bondage'
El término 'bondage' que podríamos traducir literalmente
como “esclavitud”, se refiere a todas las práctica sexuales que se basan en la
inmovilización del cuerpo de la persona. Aunque se enmarca en el entorno
sadomasoquista no tiene por qué incluir ningún tipo de dolor ni humillación, la
clave consiste en dejarse llevar a terrenos a los que quizás no iríamos si no
estuviéramos atados. Como dice Gigi, “un poco de cuero o unas esposas pueden
ser justo lo que necesitas para relajar y calentar tu vida sexual”.
2. Céntrate en los testículos
Los testículos son una parte de la genitalita masculina
bastante inexplorada, y no hay razón para dejarles colgados. Un truco que tu
pareja no esperará es dar un masaje a los testículos durante el coito, con un
ritmo pausado, algo que es especialmente placentero si la chica está arriba.
Ahora bien, no seas demasiado agresivo: se trata de una zona muy delicada y si
aprietas demasiado puede hacer daño.
3. Cambia de papel
El juego de roles es una práctica sexual clásica a la que
mucha gente tiene miedo, pues implica fingir ser alguien que no eres. Y, sí, es
cierto, pero el sexo no deja de ser en parte una representación, y no tiene
nada de malo querer cambiar de papel.
4. Haz un trío
Formar un trío es una de las fantasías sexuales más comunes.
Según el informe Durex sobre Bienestar Sexual, se le ha pasado por la cabeza al
23% de los españoles. Pero, pese a esto, sólo un pequeño porcentaje de la
población lo ha practicado alguna vez. Ahora bien, si quieres hacerlo, mejor
que estés soltero o tu pareja no esté involucrada, a no ser que el tercero en
discordia sea un absoluto desconocido. Mezclar amor, amistad y tríos no es una
buena idea, pues es muy complicado evitar los celos y la paranoia, por muy bien
que lo hayas pasado durante el acto.
5. Dale al Pegging
Muchos hombres se espantan ante la idea de practicar el 'Pegging'
que no es otra cosa que dejar que la mujer, con ayuda de un arnés, sea la que
penetre. Se trata de una actividad que sigue siendo tabú para muchas parejas,
pero los heterosexuales que lo han probado (y no han tenido ningún tapujo en
confesarlo) coinciden en que el placer es infinito.
6. Haz el 'cowgirl' al revés
La postura de la vaquera no es otra que la clásica de “ella
arriba”, de la que todo el mundo hace uso. Pero el 'reverse cowgirl' es mucho
menos habitual, pese a ser una postura especialmente interesante. Lo único que
tiene que hacer la mujer es darse la vuelta: el hombre continúa en la misma
posición (tumbado boca arriba) pero la mujer en vez de mirar hacia él lo hace
hacía fuera, dejando que el afortunado tenga acceso a su culo (algo que abre
infinitas posibilidades). La mujer, además, tiene mucho más espacio para
(volviendo al punto dos) jugar con los genitales del hombre.
7. Ve porno con tu pareja
Ver porno con tu amante es una manera fantástica de obtener
ideas para mejorar tu vida sexual. Es cierto que algunas de las cosas que hacen
en las películas pueden ser un tanto fantasiosas, pero muchas otras son
realizables. Y, en cualquier caso, no es un mal preliminar para ir calentando
la situación. Y, por si hay dudas, Gigi deja algo claro: “ver porno juntos no
va a arruinar tu relación. Es saludable”.
8. Compra lubricante de sabores
Todos sabemos que, en ocasiones, el sexo oral puede ser
molesto para el que da, pero con estos lubricantes se elimina de inmediato el
mal olor o sabor que puede estar asociado a esta práctica, llevando la práctica
a otra dimensión. Ahora bien, tiene una pega: sólo sirve para hacer felaciones,
pues puede causar infecciones en la vagina.
9. Estimula la próstata
Aunque el 71% de los hombres heterosexuales confesaron que
han intentado o intentarían masajearse la próstata, este órgano masculino
continúa siendo el gran tabú sexual para ellos. La próstata se encuentra
ubicada en la raíz del pene, enfrente del recto justo debajo de la vejiga, y
muchos hombres piensan que eso de que metan un dedo en su culo no va con ellos.
No saben lo que se pierden: la estimulación de esta zona hace a los orgasmos
muchísimo más intensos.
10. Usa cubitos de hielo
Algo tan simple como un cubito de hielo puede elevar el sexo
oral a otra categoría, para él y para ella. La sensación de frío es una
fantástica manera de conseguir brotes de placer que no lograremos con las
técnicas de siempre.
11. Fíjate en los pezones
Los pezones, de hombres y mujeres, son una zona erógena
especialmente sensible que solemos descuidar. Todos los hombres suelen tocar
los pechos, pero no se detienen lo suficiente en ellos. Chupar los pezones es
muy placentero para ambos sexos y es un preliminar de lujo.
12. Usa el pene como un juguete
El pene no sólo sirve para penetrar y ser chupado: puede
tener muchos otros cometidos en el acto sexual. Dado que es la principal zona
erógena en los hombres, se puede usar como si fuera un dildo para estimular el
clítoris de las mujeres, sin necesidad de entrar en el habitual “mete-saca”.
13. Prueba la técnica del alineamiento coital
Esta postura (una de las más interesantes “nuevas” prácticas
sexuales) consiste básicamente, en una variación del misionero, sólo que en
lugar de penetración, el hombre se desplaza unos centímetros más de forma que
se apoye en los hombros de su pareja y su pene estimule el clítoris de la
mujer. Las piernas de ésta deben permanecer rectas mientras que el hombre las
rodea con las suyas propias, aunque cabe la posibilidad de que ella también
rodee al hombre con sus piernas. En lugar de realizar un movimiento de dentro
hacia afuera, como en el sexo vaginal convencional, se realiza un movimiento de
arriba abajo. Se trata de una postura especialmente interesante para las
mujeres con dificultades para alcanzar un orgasmo vaginal, es decir, casi
todas.
14. No tengas miedo a los juguetes
Los juguetes sexuales son los instrumentos que tenemos más a
mano para incrementar de forma muy sencilla la satisfacción en nuestros
encuentros pero, pese a esto, muchas parejas siguen teniendo miedo a
utilizarlos. “Algunos chicos piensan que llevar los juguetes al dormitorio es
una especie de amenaza a su virilidad”, comenta Gigi. Y no saben lo que se
pierden.
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